Aquel Cordobazo del 29 de Mayo de 1969
por Juan Carlos ToledoPersonalmente me tocó vivir una de las experiencias más trascendentes de mi larga actividad profesional.
Ese 29 de Mayo de 1969,
como periodista del desaparecido diario Los Principios, me tocó cubrir la marcha de la columna del Smata constituida por más de 5000 trabajadores de Ika Renault y de las autopartistas ubicadas a ambos lados de la entonces Ruta 36 (camino a Alta Gracia).
La decisión de los manifestantes de llegar al centro, se contraponía con las órdenes dada a los efectivos de seguridad de impedir, a cualquier precio, su avance al centro de la ciudad.
El enfrentamiento se hizo inevitable y
la lucha fue encarnizada, desde la Plaza de las Américas hasta la vieja Plaza Vélez Sarsfield. Los obreros mecánicos estaban preparados con hondas y bombas molotov y las fuerzas policiales al verse desbordadas apelaron al uso de las armas de fuego.
Fue en ese momento en que cayó mortalmente herido el
operario Máximo Mena.
La noticia de su muerte, llevada a otros puntos de la ciudad por los motociclistas que hacían de mensajeros, fue el detonante para que la situación se hiciera incontrolable para las fuerzas policiales.
Se levantaron barricadas en todas las esquinas céntricas y se atacaron en la Avenida Colón a concesionarias de automóviles cuyos vehículos en exposición fueron sacados a la calle e incendiados. También se quemó
la empresa Xerox de capitales norteamericanos, junto a otros edificios públicos que fueron blanco de la furia de los manifestantes.
La protesta obrera contó con la adhesión de los estudiantes universitarios y fue la acción espontáneo de todos los cordobeses lo que generó
el episodio más importante en la historia político gremial de Córdoba y que después quedó para todos los tiempos como el cordobazo.
La lucha obrero estudiantil de Córdoba, expresada ese día con furia en las calles de la docta ciudad, hizo estallar las estructuras de poder absoluto que se arrogaba el régimen dictatorial y destruyó las intenciones de Onganía de perpetuarse en el poder.
Fue una dura experiencia y
durante dos días no pudimos retornar a nuestros hogares, porque recién al mediodía del sábado 31 de Mayo, el Ejército logró restablecer el orden, tras dos noches de violencia, en las principales calles céntricas y particularmente en Barrio Clínicas.
La acción represora llevó a la
detención de unas 500 personas, que fueron sometidas a
Consejo de Guerra, disponiéndose largas condenas en cárceles del sur del país, a los dirigentes
Elpidio Torres, de Smata ,
Agustín Tosco de Luz y Fuerza, quienes junto a
Atilio López de Uta fueron las principales figuras de esa histórica jornada.